sábado, 28 de diciembre de 2019

Que pasó con la bicicleta?
Que pasó con la imagen de lo que construía tu felicidad?
Porque olvidamos rápidamente lo que aprendimos?
Encontramos refugios que abandonamos al instante.
Simplemente porque quizá ese refugio también implica trabajo.
Cuando estamos solos, nos prestamos atención.
 Escuchamos nuestras contradicciones.
 Por eso escapamos como si la única potencia posible, fuera la destructiva.
¿Cómo construir un microestablemomento de estar bien?
 Necesitamos construir nuevas categorías de tiempo
 La velocidad del segundo que pasa
 No le hacen  justicia
Al impuso de nuestro cuerpo.
 A la posibilidad infinita y fugaz de nuestra mente.



lunes, 8 de julio de 2019

Al final me convertí en esa mujer hacendosa amorosa, y  obsesiva de la limpieza.
El patriarcado nos destino  la esclavitud del cuidado.
Nadie mejor que nosotras sabe como hacerlo. Por eso me cuido yo.
Somos nuestros propios padres dijo y me iluminó.

Nuestro idioma es el lenguaje, el de ellos el silencio.

Se cruzan en mí diferentes estereotipos de masculinidades.  
Repetimos patrones. 
Mi mundo lo sigo manteniendo para mí.  A veces dejo entrar a alguien pero solo con intermitencia. En general me lo reservo.
El universo paralelo que construyo para habitar y habitarme. 

martes, 25 de junio de 2019

El camino se bifurca y aparecen varios de distinto modo. Pasaron 10 años.
Hoy curso un seminario sobre Borges.
Te recuerdo comentando sus conferencias sobre literatura inglesa.

Finalmente estas presente  como en el  universo borgeano, por ausencia.

jueves, 13 de junio de 2019

Somos un cuerpo individual, y otro colectivo
sangran todas nuestras heridas,
sigue nuestro pecho abierto.
Supura y se derrama, algo que no acaba.

En los tuneles de la historia
de vez en cuando nos encontramos.
Una pequeña revancha, una arruga y un bastón.



viernes, 7 de junio de 2019

Tercer Mundo

Escucho tercer mundo, un disco de 1990.  Exactamente el año que nací. Con el regreso del FMI todo parece un constante retorno.

Pienso,  últimamente. ¿Para que mentir?  Lo pienso para ser exactos hace unos pocos minutos. Sin embargo tengo la sensación de pensarlo hace tiempo sin poder trasladarlo al lenguaje. 
Pienso:  "Que los ojos  extranjeros miran mejor, porque  miran distinto".  
     Nosotros simplemente nos acostumbramos, no notamos la textura, ni los colores, ni los sabores, la complejidad sonora de la que estamos hechos. 
Nos arrasa un deseo irreparable de querer devorarlo todo, la ansiedad de consumir ha llegado a ser el germen que corrompe nuestra psiquis. Comemos sin diferenciar, ni percibir las texturas que demolemos con nuestros dientes, ni los sabores que se entrecruzan en la receta que alguien pensó y elaboró para que un instante de olvido y deseo incuestionable nos arrebate una experiencia.  Y así transitamos el momento. Ya no lo miramos como nuevo cada mañana, ya no nos atrapa su exotismo, somos un objeto que se junta, con tantos otros en la acumulación sin sentido. Acumulamos objetos, como acumulamos recuerdos, que apilamos en algún rincón del pensamiento.

Nos miramos, nos tocamos ya no como lo nuevo, sino como lo necesario. Y a lo que rápidamente nos acostumbramos. Hay algo de la pérdida del sentido de eso nuevo que se diluye en la compleja repetición.  

jueves, 18 de abril de 2019

Jugamos a que todo vale nada
y que nada vale todo

A ir al fin del mundo,
a entregarte el poder  de todo.
Puedo hacerlo,
puedo construir ese artificio.
Puedo decirte y jugar
de eso se trata.

No hay instancias de verdad
las caricias son el juego
las palabras lo completan.

Las eternidades son ficticias
lo infinito cabe y se acaba en el momento último que decido.

Te habito como eternidad
como infinitud de sentir
de ver mi cuerpo vibrar.
En su quietud me retiro.

Me preguntas que pienso.
Comprendo, no entenderías
por eso no me develo
entro en el juego como quiero, que quiero
me hago una participante estratega.

Sigo jugando
no es falsedad,
es genuino
solo que no puedo descuidarme
necesito la alerta.
Es que podes sanar o abrir las heridas
para revivirlas en el instante
en que te veo encerrado en tus demonios.

Aún no te amigas con ellos,
te dejas, te entregas
no hay más luchas en el silencio
lo agrandas, volves a él.
Te seduce, te reduce
y no ofreces resistencia.

Puede el dolor acercarte
puedo comprenderte.
Yo sin embargo, huyo
no deseo hundir mis pies en ese barro
en esa agua podrida y corrosiva.

Ya estuve ahí.

Puedo correr,
podes corres.

No quiero volver a ese fuego
prefiero buscar otros
avivarlos adentro
encenderme el cuerpo
hacerme traspirar notas, voces, letras.

No puedo salvarte,
no hay salvaciones,
no hay redención
es sólo tu sangre la que se derrama y no vuelve.

Puedo mostrarte, puedo sacarte a mirar el sol
puedo llenarte de ilusiones mentirosas
si de eso se trata
si de eso me hago.


Sos la desmesura
el descontrol.

Me dejo arrojar por él.

A veces paro y pienso,
lloro
me conecto con quien soy
miles de notas habitando en mi pecho
bajando por mi tracto
queriendo alojarse en mis tripas.

Me dejo gobernar
aunque  aún me domino.

Estoy despierta
El mundo quiere anestesiarse en la paranoia de la vida.
Me encuentro despierta
y a veces duele
a veces río
porque estoy viva a pesar de.
A pesar de que me enfrento a la muerte y al dolor
juego con él
me acerco
intento sublevarme
a veces me doblega.

Estoy despierta
intentando averiguar de que se trata

Si esas caricias sanan o duelen
si esos besos viven o mueren

Si mi cabeza maquínica y pensante
te deja habitarme en la musicalidad que busco.

Esa es la diferencia.
Me dejo arrollar por lo que busco
por lo que ando
por lo que camino
por ese sonido distinto.

Pero sé frenar
se arroparme en silencio.
En la soledad de la noche en la que recurro
a mis cuevas, solitarias y pacificas
en la que me entrego a mis brazos y otras voces.
Aprendí a sanarme las heridas,
y nadie al parecer quiere aprenderlo.

No le temo al dolor
sé como cicatrizarlo y hacerlo pensamiento
y a veces  también lo que escribo.


jueves, 28 de marzo de 2019

Nuestra propia leyenda

A mi amigo trasandino. 



Era la noche de luna en Sangre. Si! estabamos ahí, en "El bosque de los brujos". Sí! así como te lo digo.
Era la primer noche, y aún no había caído de todo el sol. Nos rodeaban arboles. - yo no sé nada de arboles, aún me lo debo- eran altos, muy altos y muy elásticos.  Nos hacían sombra casi como un techo, a no ser por los desteyos de claridad que caían de una manera totalmente irregular, como sombra de mil estrellas.
 
   Cuando comenzaba a escurrirse la luz, hicimos el fuego. Las llamas no paraban de bailar, latía y revivía cuando empezaba a morir. La pequeña brisa hacía resonar el ruido del río que nos costeaba y completaba el paisaje musical.

El silencio, y el arrebato de algún comentario que se agolpa en la mente, traía alguna canción para completarlo.

De repente ante nuestros ojos apareció.  Estaba lo suficientemente alejado para que nos permitiera verlo y no alarmarnos. Era mediano, como un perro grande. Cómo Hamelin quizá. Tenía una cola larga, y pomposa, miles de pelos construían ese pelaje. Caminó daba vueltas por el lugar. Estaba tranquilo era su espacio.

Nos quedamos sorprendidos, empezamos a hilvanar todas las simbologías de los trazos violetas que habían sobrevolado todo, como una canción de cuna que acompaña el instante de llegada al sueño y va relajando cada parte del cuerpo.

La luna estaba en sangre, pero no lo supimos sino por el festejo de otros.  Su hocico era largo al igual que su cola. Era un zorro, como cuando aparece la luna. No sabíamos su sentido, sólo después lo descubrimos.
Reímos y el color de la luna nunca miramos, mejor, imaginamos.  Las proyecciones de su luz nos estaban sucediendo arriba de nuestras cabezas.

Lo que pasa e ignoramos, aún nos atraviesa. Ocurre por o sin nuestro deseo. El baile con eso que pasa es a lo que nos enfrentamos. La música, el juego entre los sonidos y las palabras.  Distintos lenguajes entrelazándose en el canto de cuentos y anécdotas arrojadas al viento.
Edgardo- Gerardo- Eduardo- Naniardo. El blues de Hamelin
Risas y humos nos envolvía, el fuego bajaba,  galopaba bajito. Apenas aleteaba.  La temperatura, también y el cansancio de horas nos venció en sueños.
Al otro día, aún el clima estaba templado. Al salir aún estaba ahí. El fuego no se había ido. Había bailado, superando el amanecer.
Lo comprendí. La luna trajo al zorro, el zorro trajo el fuego, y el violáceo de los días nos corría y encantaba.


Su voz es como la de un duende.
Te invita a un mundo de magia.

Otras, en cambio puede ser la voz de la ciudad
la conciencia en la noche tumultosa.


No salen a divertirse. Salen a mostrar que se divierten.

El goce está en la mediatización del momento.

Se miran en el reflejo que es suyo, pero no son ellos. Es la interpretación arbolistica de un elemento digital que se parece, pero no. No  son.

Soy feminista

No soy feminista por conciencia, ni por empatía. Eso sería hasta más noble.

Soy feminista porque me traspasó el cuerpo.

No sólo porque las imágenes que nos resuenan, nos dan escalofríos.

Sino porque el mismo patriarcado desordenó mis órganos. La rabia sale de mi.

Como reflejo, aún gobierna mis tripas.


El amor agudiza mis inseguridades.

La soledad el lugar que aprendo a habitar.

  Se completa con gente. 

Quisiste invadir todo.
La psiquis puede superar la corporalidad.
Lo material se desintegra.
¡Qué poder!
Si pudieras ponerlo en otro lado, si dejaras que el arrollo de tu furia se encausara naturalmente.

Si lograras hacer resonar tu pecho con aquello que te mueve.
Serías tan grande, serías inmensa!

Hay una fuente inagotable de poder en la acumulación, en la sumatoria de enojos, de incomprensiones, de rechazos. Lo entiendo, quise hacerlo.

Por la potencia de tu furia, se corrió el eje del universo estable que tenía.
Lograste corromper el humor que tanto custodio.

Yo, sin embargo navego en los despojos.
Camino por tus frases, te desarmo, desactivo tus propuestas.
Te canto a lo lejos.
Para que entres en paz.

Cuando tenga un perro ya se como le pondré: Crisóstomo

Porque la pose importa, y el snobismo también.
La risa por la forma extraña de un nombre inesperado en una masa peluda moviéndose por todos lados

Imagino a mi Crisóstomo.  Tendré que acostumbrarme a llamarlo. No es tan fácil nombrarlo pero creo que me puedo acostumbrar.

Crisóstomo, no será de esos perros estrellas, que sorprenden con su inteligencia.
No necesito tanto, sólo quiero una masa peluda emanando calor, caminando cerca mio.
Con que algunas veces se tire a dormir cerca de mis pies, que pueda sentir esa sensación
de la tibieza de un cuerpo, velludo cerca mio. Ese jadear, ese existir sin importar lo que esté pensando. No tendrá grandes ambiciones para su día, ni para los vengan, ni nunca.

No necesito que sea el tipo de perros que haga trucos, yo si fuera uno no sabría hacerlos
(porque no los sé ahora).
Ni que su ladrido emule un idioma, no necesito que responda a mis llamados ni que juguemos a la conversación sin respuesta.
Tampoco necesito que ocupe la cama cuando se encuentre vacía sólo para olvidar su frialdad.
No necesito que me mire complaciente, como si entendiera algo, cuando todos sabemos que eso es imposible.

Crisóstomo, será llamado para la pregunta. Para la investigación, para que busquen cómo? Por qué?
el que me obligue a salir cuando la cueva se cierra en sí y yo la dejo poseer.
Estará sólo para mi, para mi propia conveniencia, para mi propio bienestar, por mi propio egoísmo. Como todos los perros.




domingo, 24 de marzo de 2019

La pedagogía del dolor

La empatía de la cicatriz que aún vemos
los dolores viejos que siguen presentes, mitigados por el tiempo y los aprendizajes

 "...deberás amar
amar, amar hasta morir
y deberás crecer
sabiendo reír y llorar..."

Me repetí incansablemente al oído.

Ahí estamos, con toda nuestra rotura mirándonos,

deseándonos. 
Unimos en abrazos los fragmentos que nos forman. 
Con fuerza nos sostenemos para no desarmarnos. 

Puedo mirarte y bucear en tus penas, 

y vos en un susurro traerme a la calma.



DECENCIA

Ponerte en palabras, ha sido la catarsis necesaria.

Catarsis que vos si hiciste, y a mi
sólo me dejaste el silencio.

Me obligaste a pensarte, aunque yo me resistí.
Me obligaste a desmenuzar cada una de las cosas que dijiste, puro torbellino de odios que elegiste depositarme.

Escucho música, calmo así mis órganos, los desordenados.
¿Qué es la decencia?
El que respeta la "moral y las buenas costumbres"
¿Qué es lo moral?
¿Y qué lo bueno?

Nada de eso tiene sentido.
Nada de la energía desgastada tiene un fin.

Es un juego del que no queres salir,
y cuando miras estás jugando sola.

La víctima se convierte en el victimario que odias.
El que  posee sin preguntarlo.El que te quita a vos, te borra.
Te ignora. Te usa y te deja.

Nuestros fantasmas aparecen en la noche nebulosa todo el tiempo.
Aprendemos a vivir con su constante presencia.
Es necesario nombrarlos, identificarlos. Somos nuestro propio monstruo que en la soledad se latiguea en el silencio que se forma de graves.

Aprendemos a transitarlos,
a habitar el presente que andamos.
Hacernos cargos de nuestra propia existencia,
plagada de la contradicción entre el deseo y la acción.







PUTA

Emergemos a nuestra animalidad
nos arrojamos a su furia.
Las palabras y las cosas
Las palabras que nos marcan y desmarcan.

En el mundo de las categorías que se nombran con palabras, me desprendo de ellas.

Las uso sólo como el puente de una conexión que elijo.
Me repito en la mente, y activo mi cuerpo con un nombre  cargado de odio, desprecio, silencio.

PU---------TA.

El nombre de la libertad.  El cuerpo de la independencia, el estigma  del que me apropio, y río

P -  de primitiva
U - de única
T - de temible
A-  de Audaz

La repito en cada conversación, me hablo en ella.
Me río con ella,
muevo mi cuerpo en su musicalidad.

Revierto su forma, me niego a que me la roben.
 Me niego a su odio conservador.
 Me niego a  tus construcciones anacrónicas.

Me río,  pensándote como la decís,
como la pronuncias.
Te pienso porque me obligaste a hacerlo.
Imagino como se mueven tus labios, como sale el sonido, y se arroja desde el cuerpo.

Yo, sin embargo  la pongo en cada oración que me identifique.
 Me nombro pensándote, las veces que la repetiste,  las veces que quisiste hacer de eso tu diferencia.
Me río, por el poder que me diste.  Me nombraste,  me hiciste salir a la superficie.

Me agrupaste en un formato que te gustó,
me construiste el monstruo donde depositar tu odio.

Y yo hoy sólo me digo entre humos y copas de vino:
"Que puta que sos."







martes, 19 de marzo de 2019

domingo, 24 de febrero de 2019

Estoy despierta

Estoy averiguando de que se trata.

Capturando todo.
Su voz,  me despertó.
¿Salir a sacar?
          o
¿Salir a buscar?

Las imágenes están ahí
nadie las puso
pasan al lado sin ser capturadas por nuestros ojos

Miles de millones de fotos
se suceden a nuestro alrededor todo el tiempo.
Recuerdo su perfume
¿Qué me pasa cuando pasa?

Recuerdo:  No es algo que me suceda muchas veces
rápidamente olvido.

Se repite en mí olfato, su aroma y su sabor
no son lo mismo pero se complementan bien.

Sus manos, sus besos,
el movimiento de sus labios y el encuentro con los míos.

La intuición me otorga saber,
el magnetismo que me reduce
lo que me producirá y lo que dejará en sus despojos.

Se cual es el torbellino que me envolverá.
Lo presiento y me entrego,
me arrojo al movimiento
a la sonrisa dibujada de mi rostro tensando cada músculo.

La intensidad suele tener sus espacios
de profunda soledad y calma
la montaña rusa de la que vuelvo a caer
Eras el vestigio del futuro

La bruma humeda
cuando la ola golpea sobre las construcciones rocosas
en una playa olvidada de chile.
Lo que queda de la marea
cuando se vuelve en sí

Lo distinto pero a la vez tan propio

Temo cuando amo
es el único momento en el que temo.

Temo que se desintegre tanto mi piel
cuando no estas
temo que me duelan los ojos cuando me miren.

Me enojo, me enojo con las miles de teorías que formulé
para autoengañarme un rato más

Eras el futuro de un presente cercano

Caminaba por andar,
me creaba realidades y ficciones.
Ahí puedo habitar mejor
en el casi siempre ignorado escrito que te guardo, que me guardo.

Te pienso y me enrosco en noches vaporosas
en que la espera se hace el continuo de mi voz

Sin embargo las distancias siempre fueron mi hogar.

Puedo escribir y crear todo lo que nos falta,
todo lo que no tengo,
todo lo que llega tarde, o no llega.

Todo lo que imagino y no se materializa.
La falta de tiempo, 
y el pasaje de la noche escurriéndose entre las sabanas
que nos contraen y no me dejan dormir.

Es que quiero tomar todos los segundos
suspenderlos en un aire que no es este.
No es el de un departamento interno
con unos niños mirando a cinco metros,
en el que no puedo mirar el cielo
y solo me recubren paredes cementosas
que supuran calor.
El acumulado, viejo,
el despojo de un mundo que destruimos a cada instante
y del que nos quejamos,
gritando como locos al viento.

Quiero construir un tiempo otro.
En otro espacio, habitado de plantas
de soles, y de lunas que no se escondan para mi.

Puedo crear en la ausencia,
porque puedo crearte como quiero.
Puedo ser la que domina esta fantasía
en la que te observo, te capturo,
te reproduzco como una imagen
como película en loop.

Puedo ser la que domina esta fantasía,
no voy a preguntarte cómo.
Sólo se que voy a tratarte bien,
voy a susurrarte al oído melodías, y poesías
que caminan en mis neuronas hace tiempo.
Voy a habitarte en una sonoridad perfecta.




jueves, 14 de febrero de 2019

Maquinas sin voz

Ya no quiero que la noche se termine
que se desvanezcan las horas

Tengo miedo, es cierto
¿Dónde me iré a esconder?

Puedo deshojarme rebelándote cada parte de mi
entregarme para que me camines
me recorras

Entro en un universo distinto
una explosión, que me expande

Los tiempos y los cruces
son a pesar nuestro.
De nuestros miedos, de nuestras inseguridades

Somos universos mirándose
deseándose
pensándose
aunque titubeantes enredados en vaguedades temblorosas
nos dejamos poseer por una caricia que nos convoca y suspende la maquínica razón de nuestras parálisis

Tengo miedo, es cierto
pero un impulso emerge de mi
y me arroja
me rebela
simplemente no puedo esconderme cuando me miras
ya no es posible.

Me dejo
que los vientos me sigan envolviendo
e impulsen el movimiento
que espero, te deje acá.




Ya lo había dicho
Me gustan los cuerpos con historias, las manos trabajadas
los pies cansados
los sueños desvelados
los ojos enrojecidos, que se renuevan en la brisa nueva que llega.

El arte de arrastrar distintas musicalidades en el lenguaje

Estoy en una montaña rusa sé que a punto de caer
y de repente: Se detiene

Construyo teorías las arrojo al viento
para habitar y habitarme

Hay un punto en el infinito, en que se entrelanzan universos paralelos
se cruzan para explotar y expandirse

El desenfreno de la ciudad se aletarga
para detenerse en una noche continúa.
Las historias, los cuerpos, los acentos se desintegran con la materia que me compone.

Puede atravesarme y movilizarlo todo,
contraerse en un instante efímeramente eterno.
Somos los cruces con el mundo
la canción susurrada y pensada en el silencio de una noche en soledad

Podemos construirnos en una siesta olvidada
en la que enredados en nuestros sentipensares
deseamos, lo que creemos no existe.
 Y sin embargo estamos moviéndonos, desplazándonos
transitando hasta llegar.

Somos la fantasía que nos formamos
el movimiento continuo
somos las mil vidas reducidas a un sólo cuerpo deseante

Puedo mirarte y quedarme
con toda mi rotura, sintiendo.

Hay algo en tus ojos,
ya no soy yo la que lee.

Me lleno de preguntas, que olvido al momento de formularlas
¿Qué lo trajo ? ¿Cuánto de ese imaginario fue real?

Siempre ando huyendo, es la forma del olvido y  mi propia construcción
sólo para que no me miren demasiado,
para que no puedan ver
los surcos y las erosiones de las que estoy hecha.

Pero hoy...
quiero quedarme con vos
quiero mirarte otra vez
quiero grabar tu musicalidad y dejarme habitar por ella
poder crear la fórmula en la que tus graves resuenan en mi oído
y aletean en mi pecho

Puedo observarte detrás de ese lente
posiciono mi ojo, en simulación con el tuyo
puedo verte fragmentando el mundo
creando el recorte deseado.
Puedo leerte en esa selección, en ese universo reducido en imágenes.
Puedo abrazarte entre las luces que se refractan.
Puedo imaginarte creando la composición un pedazo de lo real
embellecido por tu ojo.

Puedo mirarte.
Para que me mires.




martes, 5 de febrero de 2019

Y la voz, la risa, los po, chiquillo/a.
 Las calles de Santiago con mis ojos nuevos. No es igual que cuando lo cree en mi mente.  Es mas hermoso, es mas concreto. Real, caótico.
Aspiro los aromas me quedo en silencio con los ojos cerrados para realizar un inventario en mi mente.  Quiero recordar cada nombre, cada cara, cada gesto y cada forma de colocar la voz al hablar. Hago el esfuerzo de guardarlo en mi mente aunque mi desmemoria no cambia y por eso lo registro.
Pido que me lo recuerden para no olvidar me preocupa el olvido. Me preocupa no acordarme de los pasos recorridos.
El polvo de sus calles, una hoja de eucaliptu, el recuerdo de su brisa. El espíritu  violáceo invadiendonos.


Tengo la guata apretada, los poros abiertos  de historia y los sueños revueltos

Hoy me vi... en retrospectiva
Vi a aquella joven/niña/mujer de 19 años caminando por las calles de caballito yendo al cbc. Con ojos empañados.

La vida es sabia
Hay que dejarla decir
Ella tracciona y crea.... deshace y nos hace.
Permitirme amarte aunque no te vea.
Aunque no te toque.
Construirte la imagen que quiero.
 Esa que me gusta . Ese que sos.
Aunque sea en recorte estetizado pero mágico.
Es que me eleva, puedo imaginar y crear un universo paralelo con mis palabras. El que pienso perfecto y musical.
 Déjame armar de tus partes mi artefacto...
Reflejar en tu imagen la formula para seguir andando.

jueves, 3 de enero de 2019

Esta harina es más fina. Tiene otra contextura, hace seis meses nos conocimos, es distinta.
No es como la industrializada que viene amansada, a ella es necesario conocerla. Se rebela de a poco. Puede reaccionar distinto cada vez, debo conocerla, examinarla con mis manos.
Esas que nunca usé más que para escribir, y quizá a veces torpemente acariciar.

Debo sentirla, y al sentirla, sentirme.
 Sentir estas manos, esas que tanto miré y poco sentí.
Las manos con las que trabajamos, abrazamos y tocamos.
Que difícil se me hace quedarme en el instante que me abrazan y abrazo.Lo busco, lo deseo, lo digo, lo pido. Sin embargo cuando estoy ahí solo quiero irme.
Me duele que alguien me capture, me rodee, me posea, o simplemente me toque. Que es lo mismo.

Este cuerpo no sabe si escribir con manos temblorosas hasta el hartazgo o cantar hasta que se vaya la voz, para exorcizar el mundo que vive dentro lleno de personajes siniestros y lagunas mentales.

Que poco puedo recordarme. Es el mismo efecto que los abrazos. Busco recordar y cuando estoy llegando inmediatamente mi mente se apura para irse.
Puedo llorar por todo, menos por eso. Es rechazo, es asco, es lo que ignoro, lo que olvido y lo que oculta este cuerpo enojado. Que no deja de hablar con su propia lengua.

He construido atajos para irme, y ahora ya no puedo volver.
Mi cuerpo en un lugar, mi cabeza en otro, el deseo disperso y difuso. Ni yo puedo agarrarlo, ni yo puedo apropiarme.¿Cómo dejar que captures un momento si al segundo que pase habré cambiado?