miércoles, 29 de abril de 2020

Nuestros gritos más profundos
se entierran por escrito


Somos las escriben fuera de hora
en los segundos robados 
de algún trabajo aburrido

Las que se sientan en bares
estudian
trabajan
leen
y escriben las vidas al margen

Nos plagamos de notas
de ráfagas imaginativas
que se acumulan
como los muchos canastos 
de ropa sucia
que cargamos en nuestro haber

Las que se encienden 
en las noches 
a contra reloj del mundo
se emborrachan
de fracasos
y proyectos inconclusos





No estabamos
ni siquiera en nuestro imaginario.

Llegamos a un mundo
expulsivo
que ni nos espera
ni nos alberga.

No teníamos cuerpo
para imaginarnos
Ni voz para leernos.








La escritura es un grito callado.
Algo que se dice en un universo
que aunque es puro grito
se esconde de los ojos


Cuando estoy en el agua
la medida del tiempo
la cuento en canciones
Siempre me sentí extranjera
del cuerpo
habitándolo incorrecta

De la lengua 
caminando en el silencio
de un murmullo imperceptible
en penumbras.

Mientras
afuera las gargantas se desgarran
adentro no se puede amplificar el sonido

Siempre me sentí en el margen
de un  rincón olvidado
en una ventana perdida

viernes, 24 de abril de 2020

Hombre muerto

Es algo horrible
algo así como  una película de terror.
Si! yo lo ví 
el no abrió la zapatería 
Mi mamá dice que sintio algo raro
presentimientos 
viste como es mi mama!
Le fue a tocar la puerta, 
pero Lorenzo, no abrío

Pobre tipo
parecía poco hombre
no había nada en él
para parecerlo

pero tuvo algo
valor
para decidir el momento de su muerte
y cuando entré lo ví
un hombre con todas sus partes 
tendido del techo
y aunque nunca lo pareció
era un hombre.

Un hombre muerto, en su muerte.

Ahi estamos todos

Ahí estamos todos, 
ahí.
Acercándonos dormidos 
armando filas sin mirarnos 
rodeados de revistas
una garita que no cubre, ni señaliza nada
pero que está para aparentar  urbanidad

Ahí nos rozamos todos
nos tocamos sin querer, 
los movimientos del colectivo
nos hacen chocar.
Estamos ahí, ahí mismo 
             arrojados a la vida
como un regalo que te dan sin pedirlo
 y sin posibilidad de devolverlo.

Así estamos todos, queriendo no estar
bajando la cabeza, sin cruzar la mirada
pero nos miramos, y te miro 
y vos sos como yo.

Estamos en esa aprendiendo
tropezando
en esta, la vida
que no se sabe cómo es su forma
se escapa y a la vez se eternaliza
en la repetición continua de eventos parecidos,
sin ser iguales, con los mismos colores despintados
con las mismas caras arrugandose, cayéndose
gastandose día a día 

sin saber si eso es vida.

martes, 21 de abril de 2020

agua

Hay un cuerpo sumergido en el agua.
Se mueve,
flota,
encoge sus extremidades como un pez,
se deja llevar por su liquidez.
Los sonidos le llegan de lejos
sólo como  vibraciones.
Su musculatura se relaja
pierde peso
se desintegra flotando.

Hay, un cuerpo         sumergido                    en       el agua.
y es el mío.

Tengo una relación con el agua,
una regresión en el tiempo
un desvanecimiento del afuera,
Una sensación de frescura en el ambiente
que acomoda la cabeza.

Hay un     cuerpo    sumergido  .

El mío.

Los líquidos, una imagen constante en mi cabeza.
Una paz que no se explica.
Pongo música
para que el sonido
me rebele su poder,
 y dancen  juntos en mi oído.










domingo, 19 de abril de 2020

El libro que me regalaron
Lleva las marcas de miles de sensaciones
De las hojas que arrancaron
Resumido en un cumpleaños 

  El último.


Se desgarra cada hoja
Como la piel al cortarse deja un surco
Un Hueco que no acaba 
Sin fin de subrayados por minuto

El libro que me regalaron
Nunca volverá a ser el mismo
Como la piel 
Sus hojas desgarradas 
Pueden arreglarse 

Pero nunca sanarse

Me veo aletargando los encuentros
Me siento
gobernada por  palabras.
¿Cuántas historias entran en un cuerpo?



miércoles, 15 de abril de 2020

Blas


Imagino que camino sin pausa. Me pongo los auriculares,  salgo sin ninguna dirección sólo avanzo en línea recta. 
Me miro, estoy vestida y no recuerdo cuándo elegí esta ropa, ahora que lo veo quizá habría elegido otro atuendo. Si esta salida es la última, tendría - pienso- que haberlo hecho mejor. 
La línea recta de mi casa, siempre termina en av. San Martín,  paradojas de vivir en la calle San Blas.
Blas se llamó mi perro de la niñez. Vuelvo a mirarme las manos, y está ahí. En fracción de segundos se hace presente. Es el fantasma de mi perro, que camina conmigo en la calle que lleva su nombre y que muchas veces imaginé.  
Todas las escapadas al infinito me dejan en el mismo lugar, el de la infancia.  Camino a su lado, como cuando salía de la escuela, sólo que ahora le cuento de aventuras más adultas.  Le digo que escribo que siempre pensé en hacerlo sobre él y que como una especie de justicia poética todo en mi lleva su nombre, como mi DNI.  Le cuento que el día que llegué creí que algo de él había planeado esto desde el cielo de los perros como cuenta la película. Damos una vuelta, le cuento quien soy hoy, que ya no soy la misma nena pero que a veces lloro igual. Sigo hablando hasta quedarme dormida abrazo un cúmulo de pelos que tiene su olor, y dejo caer  mi cuerpo en la profundidad del sueño. Cuando abro los ojos ya no está. Pero hoy como muchas veces me sacó a pasear para airear un poco, este encierro en soledad.   

sábado, 11 de abril de 2020

Dos

 "lo que ves de luz lo tengo de oscura"
Feli colina
Hago saltar las variables
las inestabilidades que me habitan
las voces de la furia
el susurro con ternura


el canto repetido 
las vibraciones de tu voz 
se mueven 
y los líquidos  que me envuelven
me acunan


Nado entre las sombras,
de los escombros que ocultas
entre paredes fantasiosas.
Nado en los rechazos del silencio 
que ensordece.
De la palabra torpe.


Mejor
recordarte en mute
para olvidar la indiferencia
de tu voz suave, pero esquiva.


Mejor recordar tus balbuceos en la intimidad
el clima de tus agudos invadiendo cada espacio
volviéndolo hogar


Voy a apropiarme de cada uno de tus sonidos 
esos intransferibles
para hacerlos mi canción de cuna
y en la noche de este encierro eterno
volver a nadar
dejándome fluír 
en los líquidos que fueron tuyos
y hoy son míos.




Genealogías

Soy primero la inversión de mi madre, ocultando lo que canto y  exhibiendo lo que escribo.
Soy su actualización con la fortaleza atravesada de mi padre y su racionalidad excesiva. 
Soy la cruza de múltiples sangres, y pimientos diversos. 
Dejando como producto esta blancura insoportable.

Soy un poco la abuela Nelly y su obsesión por el cuerpo, 
la coquetería, dulzura  y la rigidez de Elsa procesada por Mónica, 
con una pizca de la  Tía titi y su sociabilidad.
Soy  la tía Marcela yéndose sola y saltando al vacío.
Soy  Vanina y  Daniela estudiando en la universidad.
Soy  Estela una loca y genia en la soledad de su casa.
Soy  Lili y esa cocina de abuela pintando galletitas.
Soy María cuestionando todo  un poco, aunque yo un poco mucho, 
soy  Irene y sus cuidados.
Soy  Raquel,  y su organización  completa, 
soy todas las conversaciones interminables  con Nayla mi única compañera en algunos líos. 
Soy un fragmento de cada una de mis amigas, soy yo misma dispersa en otros cuerpos.
Soy Debi y su organización y meticulosidad,
soy Pauli y su sensibilidad, soy Nati y su arrojo, soy Cande y su humor ácido.  
Somos una genealogía de femeneidades.

jueves, 9 de abril de 2020

Uno

Esto que estas oyendo 
ya no soy yo.
J.D.
Soy lo que queda del eco 
la repetición de mi voz al infinito

El humo caminando al sonido del teclado
la repetición inexacta de la mente.

Un recuerdo que se escapa,
de un sentimiento que ya no es.
Vibraciones, secuenciadas en un soporte
que le asiste a la memoria
para no borrarnos del todo
cuando se nos apague la voz.






un libro empezado
una serie a medias
las palabras son siempre abiertas
le dan lugar 
Le dan lugar a las formas deformes
que navegan en el universo que nos habita
proyectos que se abortan al instante que se rozan con la materialidad.
Y quedan alojadas como polvo al costado de la cama.

Nunca mire las dimensiones de este espacio
Cuántos cuerpos caben? Y cuántas palabras? Y poemas no dichos?





(Con Deb.H)
Miles de historias estancadas en la mente 
nos resuenan en cada rincón.
Se apilan ahí seres imaginarios listos a activarse en el momento que algo los convoque.
Hablamos con ellos. 
Los formamos.
Les damos entidad. 
Los hacemos resurgir, les ponemos nombre.
Miles de amores se nos dibujan en la mente.
En éstas cuatro paredes blancas. 

En las que solo yo tengo cuerpo. Y ellos palabras.
Estamos encerrados en la sombra, 
de nuestro cuerpo
en el diámetro que ocupamos.
Somos nuestra propia compañía 
en este encierro. 

Estamos encerrados 
con la percepción del tiempo, 
con la amplificación repetitiva 
de nuestra sola voz.

Estamos encerrados 
en la historia que nos toca
al tiempo exacto al que caímos.




  

El encierro es ponerte a pensar
cayendo en un espiral
de estar recordando todo todo el tiempo

El encierro es comer 
inmortalizarme en el sueño eterno 
de la introspección obligatoria
de hacer de mi día algo para contar

El encierro es ponerte a pensar
que es una cárcel., 
Entrar en crisis sobre no entrar en crisis
por entrar en crisis

El encierro es comer 
y volver a donde estábamos
y  abrazarme cada día 
por estar encerrada pensando, comiendo, recordando todo todo el tiempo.