Vengo a reivindicar la fiesta.
la nuestra.
La de grasa y choripanes,
las traspiradas, las enérgicas, las bailables.
Vengo a reivindicar la fiesta
como patrimonio propio,
como la insignia de lo nuestro, de lo intransferible.
Vengo a reivindicar la fiesta
de los cuerpos tocándose, rosándose y gritándose.
La caótica y quilombera.
La indiscreta, y libertina.
Vengo a reivindicarla
como el espacio de tiempo en el que como zombies de noche
cargados de esperanza aullamos,
nos hacemos sentir.
Y la hacemos temblar.
martes, 4 de septiembre de 2018
Cómo se dice?
Cómo se narra el horror?
Leí y resonó en el silencio perturbante de mi cabeza.
Cómo se dice la mirada que se clava?
la noticia que destruye,
la niebla constante,
la resaca de la fiesta alegre.
La nuestra.
Cómo se narra lo que se quiere ocultar
lo que grita de manera desgarrada en cada frío
eso que marca las pieles,
cada noche que los encuentra en la calle.
Vino a prometernos un sueño, y lo cumplió
esta mal que disfrutemos de las mieles de nuestro momento feliz?
Si al fin y al cabo
el pasado continuo
hoy está interrumpido, aturdido de desprecio.
Cuanto odio cabe? Me pregunté.
Cada día veo que mucho,
que intenso, que viejo,
que rancio que podrido y que infectando.
¿Cuándo es que un nene en la calle vino a ser peor que una bolsa de basura?
¿Cuándo vino a ser la presencia del desecho, que producen y rechazan?
¿Cómo se narra el horror?
¿Cómo se aborda?
¿Por cuales de sus aristas,
por cual recoveco se lo traspasa?
¿Cómo se quita? ¿Cómo se resiste?
Nos chocaron de frente
nos perforaron el pecho
nos traspasaron con balas.
¿Cómo se atraviesa el dolor?
¿empastillado?
¿anestesiado?
Cuánto hay que guardarse para que no te llegue,
cuanto hay que endurecerse?
Cómo se dice?
Cómo se llama?
Cómo se canta?
Cómo se quita?
Traspasa los órganos doloridos,
impotentes de silencio y de rabia.
Busco una melodía,
una nota que constante llene el vacío,
mientras la maquinaria funciona, y no descansa.
Ingiero la noche, la como a trazos.
La envuelvo, me regodeo en ella. Como ese lugar común.
Que siempre fue mío.
¿Cómo se dice?
Cómo se narra el horror?
Leí y resonó en el silencio perturbante de mi cabeza.
Cómo se dice la mirada que se clava?
la noticia que destruye,
la niebla constante,
la resaca de la fiesta alegre.
La nuestra.
Cómo se narra lo que se quiere ocultar
lo que grita de manera desgarrada en cada frío
eso que marca las pieles,
cada noche que los encuentra en la calle.
Vino a prometernos un sueño, y lo cumplió
esta mal que disfrutemos de las mieles de nuestro momento feliz?
Si al fin y al cabo
el pasado continuo
hoy está interrumpido, aturdido de desprecio.
Cuanto odio cabe? Me pregunté.
Cada día veo que mucho,
que intenso, que viejo,
que rancio que podrido y que infectando.
¿Cuándo es que un nene en la calle vino a ser peor que una bolsa de basura?
¿Cuándo vino a ser la presencia del desecho, que producen y rechazan?
¿Cómo se narra el horror?
¿Cómo se aborda?
¿Por cuales de sus aristas,
por cual recoveco se lo traspasa?
¿Cómo se quita? ¿Cómo se resiste?
Nos chocaron de frente
nos perforaron el pecho
nos traspasaron con balas.
¿Cómo se atraviesa el dolor?
¿empastillado?
¿anestesiado?
Cuánto hay que guardarse para que no te llegue,
cuanto hay que endurecerse?
Cómo se dice?
Cómo se llama?
Cómo se canta?
Cómo se quita?
Traspasa los órganos doloridos,
impotentes de silencio y de rabia.
Busco una melodía,
una nota que constante llene el vacío,
mientras la maquinaria funciona, y no descansa.
Ingiero la noche, la como a trazos.
La envuelvo, me regodeo en ella. Como ese lugar común.
Que siempre fue mío.
¿Cómo se dice?
Cómo se narra el horror?
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