La piel es una sola y no.
Recubre todo lo que nos compone.
Las líneas que la surcan rellenas al nacer
se separan con el tiempo,
definen nuestros rasgos
la grieta de la historia alcanza a nuestros ojos.
La piel es una y múltiple a la vez
lo único que podemos conocer
lo único que nos revela la apariencia .
Se colorea de maneras distintas
se endurece,
se afina y se agrieta por partes.
Se desgarra y regenera.
Ocultamos sus marcas,
la vergüenza la tapamos con trapos
la untamos de aceites
para mitigar la sombra de los años.
La piel es esa misma, esa sola
y otra.
El volumen de sus partes redondeadas al nacer
Se deforma,
se tensa,
marca de lo que estuvo
y de lo que nos faltó.
Aquella imagen inicial
se desintegra,
se clava entre los huesos,
punzante
hasta dejarse morir.