miércoles, 12 de octubre de 2022

 Juego con el dolor 

la plasticidad de la lengua

 me da el ambiente que quiero,

 suena este teclado barato y ajetreado

 por los vaivenes de convivir conmigo

 y me recuerda a ella con la maquina de escribir.

 Escribir le daba un plus, quizá fue eso. 

Pero yo soy más cruel.



      Todo se me produce en imágenes,

 y me cuesta jugar con la prosa 

le evado a lo directo de las construcciones

 porque siento que me pierdo en estructuras

 y me olvido de llegar al punto de contacto. 

No sé llorar bajo parámetros. 

Mi escritura

 es el canto en silencio

 que hago para vivir. 

Hablando y evadiendo a la vez,

 tanto que mi  voz siento

 se apaga con el tiempo. 

Lo oculto 

pero a veces 

le quito el velo para algunos,

 mido con precisión para quien.

 Para mi es lo profundo

 es la capa más cercana a lo que hay adentro.

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