Estoy exiliada de mi cuerpo
en mi cabeza
alquilo balcones de otras sonoridades
para comprender las nuestras
la distancia me es necesaria
para caer al impacto de la piel
Busco en los rincones de nuestras arbitrariedades
los elementos desconocidos
que puedan describirme
lo que yo no puedo.
Me obsesiona el conocer
pero no me entra en mi propio idioma
la lengua de mi mano
se entorpece
se inmoviliza
ante la frialdad de la razón
es que son playas que habito
al despojo de la palabra desbarrancada por los humos
en los que meto a propósito
si de eso se trata
de flotar y anestesiar el cuerpo
y migrar de él
en una noche
que nadie va a recordar.
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