Irrumpe el cielo
es el mismo, pero no
el desierto y su silencio.
Busco voces para perderme
en la vuelta entre la forma
y la musicalidad.
Se me cuela en el hueso
eleva el nivel
la temperatura de la cadencia
cae en mí.
Prefiero el encuentro
antes que el pensar
el movimiento me atrae más
que la pasividad de cada día
variaciones del instante que parece internidad.
Me reduzco al lugar en el que entro
frente a la mirada del otro
quedo contraída
despliego mis movimientos
como flotando
a cada letra una palabra se despliega
una marca se trasluce
una línea emerge de mi superficie.
Mapas incontables
secuencias desbordadas entre la vida
y los ratos rotos
de una continuidad duplicada
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