Busco la sonoridad profunda
la voz cortada, aguerrida y desteñida.
Busco la sonoridad profunda de una noche más que se pierde
y se gana de pensar.
Busco en mí todos los roncos del mundo.
La sonoridad rota de una voz quebrada
como la fuerza de un tambor que grita seco
sin un sonido que se prolongue en el tiempo
con la rabia puesta en un
sólo golpe
cada golpe
como el único
sale del cuerpo
se extiende sobre el brazo
y se deja caer.
Busco la voz profunda
para quedarme ahí
en lo gutural del asunto
en lo aspero de una garganta llena de nudos.
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