domingo, 28 de junio de 2020

Pasamos horas muertas
devorando  conceptos vacíos,
nos consume un deseo irrefrenable 
de abarcarlo todo
abrazarlo todo
corriendo nos encontramos, 
para explotar.

Un hambre que no se sacia 
un torbellino desbocado que no se sabe de dónde viene
y a donde va.
Nos acercamos 
y somos  incinerados por su llama.  

No nos entra en el cuerpo 
sabernos tan sólo un recorte 
    nos desbordan 
    las múltiples vidas que construimos en la virtualidad.
    Las imágenes se nos repiten
   miles de rostros se desintegran
   con la voracidad de un click
  el imaginario de la palabra sola
  sin cuerpo, 
  sin voz.   

  Que nos devuelvan  la vida
   que nos devuelvan los cuerpos 
   las carnes chocando 
   que nos incendie en la calle
   y no deje nada 
   sólo
  ese humo de parrillas engrasadas
  ese aroma a barrio de domingo.
  
.

   

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